Para evitar el contagio de la
epidemia de peste que asolaba por entonces diversos pueblos andaluces, el
Concejo de Arjona, bajo la presidencia del alcalde mayor de la provincia de
Calatrava en Andalucía, el bachiller Gonzalo de Herrera, adopta el 25 de abril de 1559 varias medidas
de carácter profiláctico, entre ellas, “el
cerrar cercas y portillos de la muralla y poner guardas en las puertas
necesarias para el servicio de la villa”.
Se pretendía con ello que ningún
forastero “de quien pudiera sospecharse
que trajese contagio” pudiera
permanecer dentro del recinto interior de la villa e impedir la entrada, al
mismo tiempo, a los indigentes que acudiesen a pedir limosna a cambio de
recibir, eso sí, una libra de pan para
continuar el viaje. Ante la inminencia de la celebración de la romería de la
Virgen de la Cabeza, se decidió tomar un acuerdo ciertamente disuasorio: prohibir
a los vecinos de la villa acudir a la misma bajo la pena de 1000 maravedíes e
impedir su entrada en el pueblo durante dos años.
Hoy se cumplen 458 años de aquella decisión.
Fuente:
-ANALES DE LA CIUDAD DE ARJONA. Santiago Morales Talero. Madrid, 1965.
-La imagen de portada pertenece al archivo del Blog.
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