A los ocho meses de su investidura real, el monarca castellano Sancho IV otorga a
Arjona en vísperas de la Navidad de 1284 el título de Villa y ‘grandes
franquezas y libertades al Concejo, a los caballeros y a los vecinos
moradores en Arjona’, al propio tiempo que revoca ‘las
cartas o privilegios, si alguno hubiese contra ella del rey don
Alfonso, su padre, o del rey don Fernando, su abuelo”.
Le concede, como fundamento de su organización jurídica, el Fuero de Toledo y “todas las franquezas y libertades de que gozaban los caballeros y los 'homes buenos' y todos los demás vecinos del Concejo de Jaén”.
Además de estos privilegios, la cédula real recogía también que su término municipal volviese a tener la extensión “como lo había sido en tiempo de los moros y del rey Fernando III el Santo, que ganó la villa y la pobló”.
Por último, confirma todas las prerrogativas que desde antiguo tenían concedidas por los monarcas anteriores “especialmente las franquezas y libertades que el rey don Alfonso, su padre, y él le habían dado”.
Sancho IV, conocido como "el Bravo", fue rey de Castilla entre 1284 y 1295. Era hijo de Alfonso X "el Sabio" y de su esposa, la reina Violante de Aragón.
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