A
primeras horas de mañana domingo la Hdad. de la Virgen de Alharilla de Arjona pondrá rumbo hacia
la aldea de Porcuna, acompañada de los romeros
que, en cabalgaduras, carretas y otros medios propios, recorrerán los casi diez
kilómetros de itinerario para unirse antes del mediodía al resto de las hermandades y participar de los actos religiosos y festivos programados a
partir de las 12,00 horas.
Las horas previas a la salida de la Virgen , están marcadas por el
bullicioso ambiente festivo en las inmediaciones del Llano, las comidas
familiares y de amigos y los cantes y bailes propios del folclore de la tierra.
Los momentos culminantes de la romería se
vivirán hacia las cinco de la tarde cuando salga de su ermita la imagen de la Virgen de Alharilla con el
acompañamiento de las Cofradías de Porcuna, Arjona, Arjonilla y Escañuela que partirán
en procesión, entre la devoción y el júbilo de la multitud, recorriendo como es
tradicional el camino de ida y vuelta desde su santuario hasta el Humilladero y
los espacios urbanizados de la aldea.
Breve
reseña histórica. La fiesta originaria tenía lugar el 25 de marzo, día, en
que según la tradición, en 1248 se apareció de madrugada la Virgen con el niño en
brazos en unos apriscos de la aldea de Alhara, a los pastores de origen
castellano Antón Frontón y Pero Esteban, repobladores y vecinos,
respectivamente de Porcuna y Arjona.
El cambio de fecha al segundo domingo de
mayo se produjo en algún momento del segundo cuarto del siglo XVIII, manteniéndose
desde entonces inalterado el calendario de esta romería, declarada por la Junta el 25 de julio de 2008
Fiesta de Interés Turístico en Andalucía.
Una crónica de 1898, describe como a su
llegada al Llano, “se producía el
encuentro de las cofradías en el Humilladero con el cruce de banderas y
estandartes. En estas fechas acudían a la romería las cofradías de Arjona,
Arjonilla, Lopera, Escañuela y
Villardompardo –además lógicamente de la de Porcuna-, y, tras el saludo, cada cofradía se dirigía
a su casa o lugar designado, y las caballerías eran atadas en los patios de la
ermita y santería, donde existían anillas en la pared (...) para que cada
cofrade dejase su cabalgadura. Tras la primera visita a la Virgen se acudía a proveerse
de los estadales, símbolo y recuerdo de la romería, que en la mayoría de los
casos eran regalados por los hombres a sus acompañantes femeninas, y traídos a
la población como obsequio para aquellas personas que no habían podido
desplazarse al Santuario. (…) El capellán de cada cofradía oficiaba la misa
correspondiente, siguiendo el orden de antigüedad y finalizando con la de Porcuna.
Hasta la llegada de la hora de la procesión los romeros celebraban el almuerzo
campero a la vez que se entretenían en diversas actividades (…) tales como
carreras de caballerías, prohibidas en más de una ocasión por el peligro que
suponían para los romeros; “echar el garrote”, entre los hombres, con apuestas
de dinero y en especie; “jugar al
correndero”, entre las mujeres; unos y otros bailaban el fandango de Jaén y el
público en general se divertía con los concursos de bandas de música en el que competían las llegadas con las de
las cofradías.
Un acto perdido hoy, y con el que la cofradía obtenía fondos para su
mantenimiento era la subasta de los puestos de las andas para portar a la Virgen en la procesión,
como se viene haciendo en la actualidad en otras romerías de la provincia.”
Fuente: La crónica relatada pertenece al texto “Ntra. Sra. de Alharilla.
Patrona de Porcuna. Esbozo para la historia. Autor: Antonio Recuerda Burgos,
Cronista oficial de la ciudad.
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