El
hallazgo a mediados de octubre de 1628 de numerosos restos óseos al pie de las
murallas de Santa María, algunos de ellos prontamente atribuidos a los jóvenes
Bonoso y Maximiano, soldados de la milicia martirizados el 21 de agosto de 308 por orden del Prefecto
de las Españas, Publio Daciano, originaría
una verdadera conmoción emocional entre los habitantes de la entonces villa
de Arjona, y propiciaría, en el contexto de la sociedad barroca del primer
tercio del s. XVII, un intenso movimiento religioso que se propagó en cuestión
de unos días, primero, por las poblaciones vecinas de Higuera de Arjona (27 de octubre), Villanueva de Andújar (28 de
octubre) y Escañuela (29 de octubre), y poco después a Torredonjimeno e Higuera de Martos (ambas
el 28 de diciembre), Martos (17 de enero de 1629) y Santiago (25 de enero), irradiando más tarde por distintos puntos de
las provincias de Jaén, Córdoba, Granada y Málaga. (Para más información, pincha aquí).
Todas estas poblaciones solicitan del
vicario de Arjona un lugar de la plaza de Santa María donde poner una cruz, se
constituyen en cofradías para hacer fiesta solemne anual a estos Santos, y asistir a la procesión, con sus insignias,
el 21 de agosto de cada año.
La multitudinaria llegada de peregrinos a
Arjona en estos primeros años para visitar las santas reliquias expuestas en Santa
María llevó a las autoridades a decidir la erección de un santuario o iglesia
donde pudieran custodiarse y recibir culto.
“Será Dios servido, –escribiría el CardenalMoscoso y Sandoval, a la sazón Obispo de Jaén, el 4 de mayo de 1633- vaya yo presto a Arjona para que hagamos
luego a los Santos Bonoso y Maximiano alguna capilla, donde poder decir misa y
encomendarse a los Santos los que llegaren al santuario con la devoción que se
merece”.
Retrato del Obispo de Jaén, Cardenal Moscoso y Sandoval, impulsor de la construcción del Santuario
Elegido
el lugar, las inmediaciones de la ermita de San Nicolás, comienzan el 30 de
septiembre de 1635 los trabajos de allanamiento del terreno y derribo de tapias
y, dos días después, la apertura de zanjas para la cimentación.
Se desestima, empero, este primer
emplazamiento, y se elige otro sitio por considerarlo más idóneo: “el lugar donde se descubrieron las primeras
reliquias, a continuación de la puerta de Alcázar, ‘arrimada a la muralla sobre
el antemuro’, entre la torre de la
Vela y la del Rastrillo o Santos”.
Para ocupar su nuevo emplazamiento, se
derribó la torre de los Santos el 12 de noviembre de 1639 y comenzó la
cimentación el día 23, enterrando en caja de plomo y otro de piedra un
pergamino con la siguiente inscripción: “+
J.H.S. D. BONOSO ET MAXIMIANO sub
praeside Daciano Urgavonae martyrium vallis eade Urgavona tanque suis tutelari
69 templum erigit consacrat dicathoe quis ergo anno de 1635 Eclesia modernote
urbano Papa 8 christianorum imperium Ferdinando 2 Hispaniam regna Philip 4, et
episcopabum giennense D. Balthasare de Moscoso et Sandoval S. R. E. titulo S.
Crucis Hierusalem presbitero Cardenali.”
Imagen retrospectiva de 1991 del templo dedicado a los Santos
Las
obras fueron dirigidas por el Maestro Mayor (arquitecto) Juan de Aranda
Salazar, (Castillo de Locubín, 1605 - Jaén 1654), llamado por el Obispo de
Jaén, D. Baltasar Moscoso y Sandoval en 1634 para encargarle la continuación de
las obras de la catedral, proyectada por Andrés de Vandelvira, (obra suya
fueron las capillas del testero, Presbiterio, Cúpula y Portada Norte), lo que le valió gran renombre y la
intervención en numerosas construcciones, como la propia del Santuario de
Arjona.
Bartolomé de Moya, contratista de las
obras, quedó obligado a llevarlas a término, según subasta celebrada en Jaén
ante Antonio Ribera, por el precio de nueve mil trescientos reales. Por aquel
entonces se retribuía al maestro albañil con siete reales y tres, los peones.
Hasta 1642, se utilizaron 18.000 ladrillos
de Arjonilla, 42 cahíces de cal y 6.000 adobes, más las carretadas de piedra de
Santiago de Calatrava necesaria, que importaron 6254 reales. Los gastos de
estas primeras obras alcanzaron los 388.890 maravedíes.
El Cardenal Moscoso y Sandoval había
entregado ya de sus rentas de 1629, 2126,6 ¼ fanegas de trigo y 19 ½ fanegas de
cebada, “más bastantes libranzas de
dinero entregadas por el dicho cardenal que no se determinan ‘por no haber
instrumentos ni la quenta que se tomó al depositario’.”
De limosnas de los fieles, aparecen recibos
por valor de 564.473 maravedíes.
Aunque en la portada del templo lleva
grabada la fecha de 1659, las obras no habían finalizado a la altura de 1668,
según se recoge en un acta del concejo municipal fechada el 23 de julio de
dicho año, si bien se confirma ya “que la iglesia estaba abierta al culto y
que en la casa, hoy del santero, vivía el vicario y juez eclesiástico de
Arjona, el licenciado Francisco García del Valle”.
La conclusión de las obras del Santuario, a
tenor de la inscripción que aparece en la base del retablo construido en la
planta inferior del edificio, tuvo lugar el 18 de agosto de 1672.
Otra panorámica del Santuario
A la planta superior se accede desde la
Plaza de Santa María, a través de una puerta
franqueada por dos pilastras cajeadas, característica del renacimiento tardío,
y rematada por un sencillo arco de medio punto apoyado en impostas.
Del entablamento arranca el segundo
cuerpo, cuyo elemento principal lo constituye dos hornacinas enmarcadas en
piedra moldurada cruciforme que en sus bases laterales exteriores ofrecen el
detalle de dos relieves labrados en espiral.
Aranda Salazar dejó
estipulado en su informe de arquitectura redactado en 1640, la colocación en
ambas hornacinas de sendas figuras de piedra, de dos varas de altura (167
centímetros), aunque no entraba en detalles sobre el aspecto formal que
deberían tener las estatuas dedicadas a los Santos Mártires.
Tal vez, esta
indefinición fue la causa principal de que, a la postre, transcurriese el
tiempo y el santuario se diese por finalizado en 1659, sin llegar a realizarse
en piedra las efigies de los Santos Patronos.
Portada renacentista que da acceso al Santuario desde la Plaza de Santa María
Coronan esta portada un frontón rebajado, que
alberga en su tímpano el escudo del obispo impulsor del santuario, rematado con dos pináculos que arrancan de
sus aristas superiores y una cruz labrada en piedra en el vértice.
La planta del cuerpo superior es de una sola
nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos y pilastras arquitrabadas que
sostienen arcos de medio punto.
En su altar mayor se colocaron las imágenes
de los Santos Bonoso y Maximiano, en otro altar lateral, en pintura, los
también mártires y Santos Apolo, Isacio y Crotas.
En la parte inferior se horadó una cámara
para ser vista desde fuera, a modo de cripta, con acceso al Cementerio de los
Santos, construido para dar consistencia a esta construcción.
En su exterior aparece una portada característica
del plateresco tardío y dos inscripciones, con artísticas molduras, colocadas
en 1644 que refieren los avatares padecidos por los mártires.
Los pilares que franquean el vano están
constituidos por grandes sillares labrados con sobrias y sencillas
cenefas que contrastan con la minuciosidad de la decoración del dintel, difícil
de apreciar por la huella que ha dejado durante
siglos en su estructura los
rigores del clima.
Con
idénticos elementos decorativos a la portada renacentista, a excepción de la
cruz, el frontón rebajado completa este conjunto arquitectónico porticado.
En su interior se creó un retablo de yeso
policromado de indudables resabios colonialistas. En este recinto “dos de sus vanos tenían como finalidad la
de albergar los Relicarios de San Bonoso y San Maximiano”. Las obras del atípico
retablo finalizaron el 18 de agosto de 1672.
Retablo de yeso policromado
Así mismo, el santuario alberga el Museo de
los Santos, en el que se expone buena parte del patrimonio de la Hermandad.
BIBLIOGRAFÍA
ANALES
DE LA CIUDAD DE
ARJONA. Autor: Santiago de Morales Talero. Madrid, 1965.
ARJONA: HISTORIA, VIDA Y PAISAJE. Autor: Manuel A. Cardeña Perales.
UN EPÍGONO DEL CLASICISMO EN LA BAJA ANDALUCÍA, JUAN DE ARANDA SALAZAR.
Autor: Pedro Galera Andreu.
ANDALUCÍA, TURISMO DIGITAL.
Primer diario europeo de información turística.
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