“A Alhamar, el varón más insigne de la casa de NASAR, fundador de la Alhambra. Porque
sobrepujaste los límites del tiempo y del espacio, haciendo palidecer todas las
bellezas de la Naturaleza ,
al crear las maravillas de este Alcázar, para ceñir de gloria y de inmortalidad
las divinas sienes de la ciudad inconfundible y única, recibe el homenaje
conmovido de Granada y con él la admiración y respeto del mundo, (…)”
Imagen del Rey Alhamar
Con estas elogiosas
palabras, recogidas en una lápida frente a la Puerta de las Granadas, el Patronato de la Alhambra tributaba
homenaje al ilustre arjonero que instauró la dinastía de los nazaritas e
impulsó la creación de la fortaleza militar y complejo palaciego más importante
de la arquitectura en al-Andalus, verdadera joya artística medieval declarada
en 1984 por la UNESCO Patrimonio
de la Humanidad
y hoy convertida en el conjunto monumental histórico-artístico más visitado por
los turistas en España.
La etimología de la palabra Alhambra
procede del vocablo árabe al-Hamra (La
Roja ) y forma parte de la expresión ‘al–Qal-à al–Hamrä’
(Fortaleza Roja) en alusión, según algunos historiadores al color rojizo de los
materiales utilizados en su construcción, según otros, al color de la colina
donde se haya emplazada.
Sea
como fuere, la Alhambra
fue erigida en un lugar estratégicamente privilegiado desde el que se domina
toda la ciudad y la vega granadina, lo que hace sospechar a los investigadores
que antes de la llegada de las primeras oleadas de musulmanes a la zona
pudieran existir ya algunas construcciones fortificadas, levantadas por los
anteriores pobladores de aquellas tierras.
En todo caso, si son conocidas las referencias históricas que dan
testimonio de las obras de reparación y refuerzo a finales del s. IX,
exactamente en el año 889,
del antiguo castillo allí enclavado, emprendidas por el zirí Sawwar ben Hamdun
durante las luchas civiles que enfrentaron por aquel entonces a facciones
árabes y muladíes.
Los cabecillas ziríes, sin embargo no fijaron nunca su
residencia en aquel recinto amurallado, prefiriendo para tal fin la zona del
Albaicín. Fue el rey Mohamed ben
al-Hamar quien, prendado de la hermosura que rodeaba a aquel lugar y de su envidiable
posición estratégica, decidió establecer su residencia y comenzó la
construcción de la Alhambra ,
marcando el devenir de aquella fortaleza y el inicio de su etapa de mayor
esplendor.
Las obras emprendidas durante el reinado
del primer monarca nazarí comenzaron con los trabajos de reforzamiento del
amurallado de la parte más antigua del castillo o alcazaba, emplazado en el
lugar más elevado de la colina de al-Sabika, en la margen izquierda del Darro,
frente a los barrios del Albaicín y la Alcazaba.
Continuaron con la construcción de las torres de la Vela , la Quebrada y del Homenaje, atalaya ésta última que se cree fue acondicionada para vivienda familiar del
monarca y de los miembros de su corte. Tiene una altura de 26 mts., disponía de
seis plantas y en los sótanos existía una mazmorra que también era utilizada
como almacén de aprovisionamiento de granos, sal y especias.
Torre del Homenaje, acondicionada para vivienda familiar del monarca nazarí
Los cristianos la utilizarían más tarde
para dar las horas y, posteriormente, para avisar a los labriegos de la vega de
cuando debían regar sus campos.
Torre de la Vela
El 2 de enero de 1492 finalizaba la
conquista del último reducto musulmán en tierras hispanas, y hacia las 3 de la
tarde se izaba por vez primera la bandera castellana, acto simbólico que desde
entonces se viene repitiendo anualmente en dicha fecha.
En las postrimerías de su reinado, el
rey Alhamar acometería la construcción del palacio y la ampliación del recinto
amurallado, tareas ambas que quedaron inconclusas en el momento de su repentina
muerte, acaecida tal día como hoy, 20 de enero, de 1273 y que proseguirían sus
sucesores Mohamed II (1273-1302) y Mohamed III (1302-1309).
Cerámica de la Plaza de los Coches
A lo largo de los reinados de Yúsuf I
(1333-1353) y Mohamed V (1353-1391) se embellecieron las estancias palaciegas y
las torres y se dotaron de las magníficas zonas ajardinadas que, con las
periódicas intervenciones de restauración y mantenimiento llevadas a cabo en
todas las épocas, se ha logrado conservar este impresionante legado del rey
Alhamar, que en la actualidad pueden admirar cuantos visitantes se acerquen a
la ciudad de Granada.
Busto en bronce del Rey Alhamar. (Plaza de Sta. María)
BIBLIOGRAFÍA:
-historialia.com
-alhambradegranada.org
-juntadeandalucia.es
-alhambra.org
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