viernes, 8 de agosto de 2014

¿Por qué no tienen imágenes las hornacinas de la Iglesia de los Santos?


      Curiosos y visitantes que se acercan hasta Arjona atraídos por su rico patrimonio histórico-artístico pueden contemplar, si detienen la mirada en la portada renacentista de la iglesia de las Reliquias que asoma a la milenaria Plaza de Santa María, la ausencia de imágenes en las dos hornacinas erigidas en el segundo cuerpo del pórtico y que tenían por finalidad albergar a los titulares del templo.
      ¿Cuál es la razón de que no existan imágenes algunas? ¿Se remedió en algún momento tal orfandad iconográfica?
       Para intentar dar respuesta a estos interrogantes es preciso remontarse al mismo momento de los comienzos de la erección del propio templo, en la segunda mitad de los años treinta del XVII.
      Sabido es que en el informe de arquitectura redactado hacia 1640 por el Maestro Mayor encargado de su construcción, Juan de Aranda Salazar, dejó estipulado la colocación de dos figuras de piedra, de dos varas de altura, en las hornacinas del sobrecuerpo de esta portada si bien no entraba en los detalles sobre el aspecto formal con que se deberían representar las estatuas dedicadas a los Santos Mártires.
      Es más que probable que en esta indefinición sobre la forma externa de presentar por aquel entonces las imágenes titulares, bien con atuendo talar, bien con indumentaria romana, se halle la explicación de que transcurriese el tiempo y el santuario se diese por finalizado en 1659, -por lo menos en lo que a su configuración externa se refiere-, y los nichos de pechina oradados en el paramento de la fachada, quedasen despojados de las efigies de los santos.
      Conocido es también que las primeras Fiestasantos en honor a los mártires Bonoso y Maximiano se celebraron adaptando convenientemente las tallas de los arcángeles San Miguel y San Rafael que se custodiaban en la iglesia de Santa María y que aparecían ataviados con ‘ropajes a la romana’, pues dado el brevísimo periodo de tiempo que transcurre desde la acogida oficial en patronazgo y la celebración de su primera fiesta, un mes prácticamente, no hubo tiempo material para disponer de unas nuevas imágenes  que representaran a los recién nombrados patronos de la villa. (A la postre, estas imágenes cumplirían su cometido, y serían objeto de culto y devoción como patronos de la villa durante algo mas de un siglo, concretamente  hasta 1732).
       No obstante,  parece muy conveniente en todo caso subrayar que en la iconografía barroca de aquella época no estaba nada extendida tal manera de vestir, más al contrario, la tendencia predominante era la representación de los iconos según el modelo cristiano.  
      No menos cierto es que desde la fecha de su nombramiento en 1628 como patronos de la villa hasta el hallazgo en 1639 de las actas martiriales se ignoraba la condición de los mártires en el momento de su sacrificio, especulación que queda revelada al conocerse el contenido de dichas actas que aseguraban que si bien fueron durante un tiempo soldados de la milicia romana, en el momento del martirio gozaban de condición civil.

Portada  del Santuario con acceso a la Plaza de Santa María
      Incide en ese mismo planteamiento el escultor granadino Alonso de Mena que por esos años esculpió para un retablo de la sacristía de la Catedral de Jaén un busto de San Bonoso que lo representa de acuerdo con los cánones del atuendo cristiano.
      En cambio el historiador Martín de Ximena Jurado en su manuscrito “Anales de la villa de Arjona” editado en 1643 toma predilección por la indumentaria romana a la hora de representarlos en un primitivo y sencillo dibujo aparecido en su celebérrimo libro, siguiendo tal vez la corriente clasicista muy en boga en ciertos estamentos universitarios baezanos y de destacados religiosos, más proclives a la iconografía clásica romana.
      En cualquier caso, analizadas en su conjunto todas las circunstancias expuestas, no vienen sino a justificar la dualidad existente en aquellos precisos momentos a la hora de definir de manera clara cómo representar formalmente las efigies de los Patronos de Arjona.
      Por ello es lógico colegir que el arquitecto diocesano Aranda de Salazar, ante palmaria indefinición, corroborara esta dicotomía cuando justamente recomendaba a los autores de las esculturas que se ajustaran en lo formal “con el intento en la formación que se le diere”. De haber existido un patrón claro, un único planteamiento, habría llegado hasta nuestros días la representación icónica más antigua de los mártires patronos de Arjona.

      BIBLIOGRAFÍA:
      SOBRE LA ICONOGRAFÍA DE SAN BONOSO Y SAN MAXIMIANO (Fiestasantos 2000)  y CONSIDERACIONES SOBRE LA ICONOGRAFÍA DE NUESTROS SANTOS PATRONOS, artículos de José Domínguez Cubero recogidos en el libro  ARJONA: ANTOLOGÍA DE ARTÍCULOS DE LOS PROGRAMAS DE FIESTASANTOS: TOMO I. EDITORIAL BENAMAZOR. Autor: Antonio Rivas Morales. GRANADA 2012.
      Todas las imágenes pertenecen al archivo del Blog.

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