La batalla de Otumba de Manuel Ramírez Ibáñez
representa un episodio victorioso y decisivo de los conquistadores españoles
sobre los aztecas, que les posibilitaría su entrada final en Méjico.
El
momento escogido por su autor es la conocida Batalla de Otumba, hecho
histórico acaecido el 7 de julio de 1520, cuando las
tropas de Hemán Cortés vencen a sus oponentes aztecas, pese a que les
aventajaban en número tras la célebre "Noche triste".
La
contemplación de esta pintura nos brinda la desoladora imagen de un campo de
batalla plagado de indígenas, heridos, muertos o que huyen, entremezclados con
variopintos y rutilantes objetos del mundo azteca, - un trono, idolillos,
armas, máscaras-, que han sido destruidos por los hispanos.
El fondo del lienzo se nos muestra confuso y
desdibujado, contribuyendo aún más, si cabe, a la acentuación de los efectos
dramáticos que el cuadro nos trasmite. Frente al anonimato indígena, Ramírez
Ibáñez opone la definitiva y envarada figura de Cortés sobre caballo negro
flanqueada por tres de sus soldados vestidos con armaduras. Uno de ellos, le da
el estandarte de plumas del jefe azteca, signo inequívoco de su victoria en la
contienda.
Siguiendo la crónica de Bernal Díaz del
Castillo podíamos pensar que el militar que le entrega a Hernán Cortés el
mencionado estandarte, pudiera tratarse de Juan de Salamanca. En cuanto a los
otros militares, representarían los personajes de Cristóbal de Olí y Gonzalo de
Sandoval.
Fuente:
-DOS PINTURAS DE HISTORIAS DECIMONÓNICAS
RELATIVAS AL CICLO DE CORTÉS CONSERVADAS EN CANARIAS. María de los Reyes Hernández
Socorro.