El
mes de mayo llegó vestido de cielos cubiertos de tonalidades grises, alternados
con azules cristalinos y vivas claridades que arrancan aristas de brillo y
sombra en las fachadas. Un viento desapacible sopla, a veces, arremolinado,
arrastrando una marea de hojas secas por el suelo.
La ciudad, que vive inmersa en sus
cotidianidades, en sus rutinas diarias, desentumece el músculo y despereza el
ánimo con la inminencia de su particular olimpiada: la carrera y caminata
urbanas que año tras año organiza el Instituto de Bachillerato. Deslució por
momentos la aparición puntual de la lluvia que no arredró, empero, a unos
briosos y esforzados participantes que, pasito a pasito, van cincelando con su
anual hazaña la fecha del primer viernes del mes como hito inevitable,
convocatoria ineludible del atletismo en Arjona.
Mientras, el ambiente romero se toma un
respiro para acometer con nuevos bríos las citas con Alharilla y San Isidro,
peculiar romería esta última que pasea a su santo por el casco urbano,
acompañado por caballistas y amazonas, toda suerte de vehículos engalanados y
arropado por cientos de arjoneros apostados a lo largo de su recorrido.
Los días se suceden bajo un cielo brillante
y acerado, de soles que dibujan sombras alargadas en las horas mañaneras y
vespertinas, y aligera de ropajes al particular que transita bajo sus dominios,
cuando alcanza su cenit.
Las fauces de la crisis y su ristra
inacabable de recortes se lleva por delante el “Álvarez Tendero”. Este año no
habrá Certamen Literario. Parece que su mecenas anda menguado de recursos y ha
metido también aquí la tijera, lo mismo,
desacertadamente.
El
asunto no es baladí: desde luego se ha cercenado un enorme caudal de
creatividad, que derrochaban escolares, estudiantes y autores noveles en
ciernes por estas fechas, y aún antes, aguzando su ingenio en pergeñar la
trama, la urdimbre que habría de modelar y conformar sus obras. Y trascendiendo del plano meramente cultural,
importante de por sí, se ha lastimado la proyección internacional de que goza
Arjona, conocida en todo el mundo gracias al prestigio que había alcanzado su
certamen literario.
Por otros pagos, con otras sensibilidades,
-sin ir más lejos los ‘Premios Literarios Jaén’- sortean la crisis y mantienen
su dotación y su continuidad.
Sin embargo, aunque se recortan los costes de
la creación, se abre la puerta a la publicación de todos los trabajos inéditos
premiados por el jurado desde su última edición, para alegría y contento de los
consumidores de realidades o ficciones imaginadas.
De muy distinto signo son los recortes que
se aplican con la política de equipamiento municipal focalizada en sustituir
gran parte del alumbrado con ingenios más eficientes que reducen el consumo
energético y ahorran a la hacienda local buena parte de los costes de su
voluminosa factura. Todo no va a ser mohína.
Finalmente, recortes de vodevil. Porque eso
parece, por lo menos hasta el momento, la consecuencia de la nueva activación
del almacenamiento privado del aceite de oliva, reconocido por fin en la Unión Europea como alimento
saludable.
En los próximos días se van a recortar
100.000 toneladas de la actual oferta, y paradójicamente, los magros precios
del ‘oro verde’ continúan a la baja contrariando la lógica de las leyes del
mercado, para escarnio de un sector, otrora sólido puntal de no pocas economías
en Arjona, ferozmente castigado en los últimos cuatro años. Vivir para ver.
Mayo llega a su fin como la tarde, entre
un sol decrépito, moribundo, que yace en el horizonte bajo un cielo teñido de
púrpura y ocre.
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acaecidos en las estancias de su calendario, pincha aquí.
Foto de portada: Imagen de D. Manuel Álvarez Tendero, (Cartel de la XXV edición del Certamen Literario).