domingo, 19 de octubre de 2014

90º aniversario de la muerte del pintor Manuel Ramírez: (I) Artículos sobre su vida y obra


      Próximamente se va a cumplir el 90º aniversario del fallecimiento del ilustre pintor Manuel Ramírez Ibáñez, nacido a mediados del siglo XIX en el seno de una humilde y honrada familia de la ciudad de Arjona.
      Con tal motivo Blog de Arjona dedicará varias aportaciones sobre la vida y obra del pintor arjonero más reconocido y coincidiendo con la fecha del 90º aniversario de su muerte, publicaremos un amplio trabajo, acompañado de abundante material gráfico, elaborado a partir de nuevos documentos inéditos que adicionaremos a los ya editados con anterioridad.
      Iniciamos la primera entrega con la publicación de varios escritos firmados en distintas épocas por acreditados arjoneros sobre la trayectoria vital y artística de este excepcional pintor.

      MISIVA DE ESEME A LA REVISTA DON LOPE DE SOSA (1)
      Mucho placer y contentamiento he recibido –querido Don Lope- con la carta de vuesa merced, porque con ella se manifiesta que no estoy tan en olvido como pudiera pensarse, y como muestras curiosidad por conocer alguna noticia desta; bien poco he de decirte, fuera de la sorpresa que todos hemos tenido al ver a un chiquillo natural y vecino desta, llamado Manuel Ramírez, alcanzar a los catorce años una medalla de plata, iten más, ganar una plaza de pensionado con un cuadro titulado Abel y Caín.
      Y como espero que estas noticias os darán placemiento, te referiré brevemente cual y cómo fue el primer cuadro que este pequeño pintor boceta el que a tan alto honor había de llevarle.
      No sé si a esa ciudad ha llegado la fama de un tal Frey don José de Morales y Prieto y de su hermano don Fernando, caballero cruzado el primero y vicario de la villa de Martos, y ambos hombres de grandes talentos, buena voluntad y muchos maravedises; a estos señores se acercó Manuel Ramírez, que como os digo, es un chicuelo de poca edad, y delante de ellos pintó varios asuntos que causaron la admiración de los dos próceres y que les decidieron a proteger al pintor.
     Mercáronle brochas, pinturas y lienzos, y el vicario le dio casa y comida en su misma morada. Todos los días, como el clérigo tenía que decir misa, ocurría que le acompañaba Ramírez, y unas veces devoto asistía al Santo Sacrificio, y otras sus hábitos de muchacho, le hacían refugiarse en la sacristía, para jugar con los monacillos, que a bien eran traviesos y truhanes. Un día ocurrió, que dos destos tuvieron una pelea por cuestiones nimias, y haciendo de la sacristía de Santa María de Martos, campo de Montiel, se enredaron a moquetes y a puñadas mientras rodaban por el suelo, misales, candelabros y cirios, en tanto que otro monacillo más filósofo, aprovechaba la lucha, para beberse de un solo trago el vino que quedaba en las vinagreras. Ramírez, que era artista, recogió la escena y a las pocas horas, con un lienzo debano del brazo , empezó a pintar, rogando a los monacillos que ocupasen los sitios y actitudes que antes tuvieron y tanta verdad y tanta justeza puso en el trabajo, que el cuadro sorprendió a todos y animado por este éxito, decidió mandarlo a Madrid, donde a la sazón se celebraba una exposición nacional de Artes.
      Y gran noticia ha sido, al saber que el cuadro se lo premiaron con medalla de plata; y se refiere que Madrazo no quiso creer que el autor fuese aquel imberbe muchacho que más tarde le presentaran; y dicen que Ramírez, que confesó no haber tenido maestros ni que nada había estudiado ni visto, a no ser el eterno paisaje de olivares y campiña que se descubre desde Arjona.
      A poco, los pinceles de nuestro pintor tomaron por su cuenta y riesgo dos desnudos, de unos zagalones del pueblo, y trazó el cuadro de Abel y Caín, que le valió una plaza de pensionado para Roma.
       En este intermedio, hizo también otros muchos cuadros que he visto en la casa palacio de Frey don José de Morales, pues este señor le compró todas las obras que hizo, estando en su casa.
      Esta es la noticia que por esta ciudad se comenta, y con esperanzas fundadas creo que este muchacho será un prodigio, y quiera el tiempo, Dios mediante, darnos la razón.
     Y así finaliza esta epístola, este criado de vuesa merced.
                                                                                                                                                   Enero de 1916
                                                                                                                                                          ESEME

      (1) Aunque esta carta con referencias a Manuel Ramírez apareció en enero de 1916 en la Revista don Lope de Sosa firmada por ESEME, pseudónimo de D. Santiago Morales Talero,  cuando aquel ya era un artista consagrado, la misiva debió escribirla muchísimo antes, justo cuando el joven arjonero iniciaba sus primeros pasos en el mundo de la pintura y saltaba la noticia de la concesión de una plaza de pensionado en Roma, como parece lógico deducirse de su lectura.

      ESCRITO DE CECILIO BARBERÁN DESPUÉS DE ENTREVISTARSE  CON MANUEL RAMIREZ EN LA ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE MADRID EN JUNIO DE 1921

      Manuel Ramírez, nacido en el año 1857 (2) en Arjona, hijo de esta ilustre ciudad, y cual hicieron sus más preclaros con sus espadas, él lo hizo con el tiempo y el pincel, alcanzando también en el arte los laureles de la gloria.
      La vida de Ramírez, pintor, es la vida del artista que nace con la intuición de ello. Hijo de modesta, pero honrada, familia, muy niño se reveló con altas dotes para la pintura, y a la edad de catorce años, estando en Arjona, alcanzó una Medalla de Plata en una exposición en Madrid por un cuadrito que, sin maestro alguno de pintura, efectuó. Obra que tanta sorpresa causó al gran maestro Madrazo que se le hizo increíble que aquel niño fuese su pintor.
      A partir de eso, Ramírez vino a Madrid  a hacerse hombre en su Arte. Estudió en la Escuela Superior de Pintura y Escultura con tanto aprovechamiento que en 1879 fue pensionado de número, por oposición en la Academia Española de Roma.
      Su primer triunfo lo obtuvo en la Exposición Nacional de 1878 con el cuadro “Muerte de Pizarro” que se admira en nuestro lindo Museo Provincial (Jaén) y sucesivamente renovó y acrecentó estos laureles en varios otros certámenes, entre los que recordamos los de Madrid 1884 y 1892, la Exposición Universal de Chicago de 1895, 1897, 1910 y 1913, siendo propuesto para condecoraciones en las dos primeras, en la tercera obtuvo Diploma de Primera Medalla en Arte Decorativo y en la cuarta Primera Medalla por su genial cuadro “Antes de clase”. 
     La obra de Ramírez es bastante extensa. En los museos de Madrid, Sevilla, Jaén, Barcelona, Chicago, San Sebastián, Santa Cruz de Tenerife, a más de en otras colecciones particulares, se admiran algunas de sus grandes obras maestras.
      Y si a la pública admiración estuviese toda la labor que posee en depósito el maestro, acaso lo más notable de toda ella, yo creo que entonces estaría divulgada su fama en el mundo popular, lo mismo que es conocido en las altas esferas del Arte, y reconocida su autoridad y prestigio en la sagrada misión de los jurados.
      Pero al maestro lo que menos le preocupaba en su vida de artista era el utilitarismo del arte. Y ya sabemos lo que sin esto da el Arte en España. Sus obras son sus hijos espirituales de su alma y cual los de su sangre, moran a su amor en el espléndido hogar donde al  lado de su querida familia vive en paz, con la aureola de la gloria feliz y tranquila. Así se explica que posea, en depósito, entre otros, el magnífico cuadro “Antes de clase” premiado también con Primera Medalla en la Nacional de 1913, obra que por obligación debió adquirir el Estado. Otro artista ya hubiera estado harto de aguardar en antesalas oficiales defendiendo su derecho. 
      Esta nota del carácter del pintor va íntimamente ligada a la verdad de su sinceridad artística. Ramírez pertenece en su escuela pictórica a ese género serio en que el artista a la par de revelar talento, muestra observación y hace de su obra una real enseñanza. En sus cuadros de historia consigue el sello de distinción que caracteriza todas sus obras. Y el arte que es arte cuando la realidad triunfa, tiene destellos de genialidad al copiar la naturaleza y la vida en sus asuntos. Pocos pintores habrán tan concienzudos para estudiar el natural y pocos también que consigan, sin desvirtuar el carácter de los modelos, idealizar tanto sus creaciones.       Dibujante notabilísimo, jamás coloca en sus cuadros una sola figura trazada de memoria. Colorista acertado y justo, tampoco da una pincelada que no produzca un efecto imaginario: su conciencia artística es severísima.
      Así es que sus obras reflejan siempre la realidad de la vida; pero una realidad grata y hermosa.
      A grandes rasgos ya hemos presentado al insigne arjonés, gloria también del Santo Reino.
      Para terminar diremos que el arte le dio triunfos, honores, oro troquelado en laureles; su autoridad es una garantía, y su prestigio le llevó a la Presidencia del Jurado en la última Exposición de Bellas Artes, pero que ante ele elevado concepto que tiene, consiente su perjuicio antes que claudicar con la mediatización.
     Pero he aquí que lo que el arte, en material fortuna no le premió, la vida vino a
dárselo al casar con una virtuosa dama con la que formó un hogar dichoso. Tres 
hijos tiene el maestro que le honran. Ángel, notable pintor y culto editor. Leocadio,
brillante oficial de Estado Mayor y María, bella y gentil muchacha, la obra más 
hermosa y que con más amor atesora el maestro.
           Al despedirme, una tarde en Bellas Artes, de Manuel Ramírez, éste con manifiesta emoción, me recomienda un saludo para todos los arjoneros que se acuerdan de su nombre.
      Y para Arjona traigo un saludo tan fraternal. Tan sincero, que se lo ofrezco a sus personas doctas y a sus autoridades, Cultura y Representación de todos.
                                                                                                                                  Madrid, junio de 1921

       (2) En su partida de bautismo aparece el año de 1856.

      MANUEL RAMÍREZ POR SANTIAGO MORALES
      Manuel Ramírez Ibáñez, nacido en Arjona en el 1857 (3). Sus primeros pasos como pintor los dio gracias a don José y a don Fernando de Morales Prieto, los cuales le compraron lienzos y colores, le dieron casa y ayudaron, comprándole sus primeras obras. Fueron éstas, entre otras, unos cuadros de la sacristía de Santa María de la Villa de Martos, iglesia misma, retrato de don José Morales y algunas copias de Murillo.
      Fue después discípulo de Federico Madrazo y de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid. En 1878 obtuvo medalla de tercera clase en la Exposición Nacional, por su cuadro “Muerte de Francisco Pizarro”. En 1879 fue pensionado por oposición por el Estado en la Academia de España en Roma. En 1884 obtuvo segunda medalla por su cuadro “Don Álvaro de Luna”, en 1892, otra segunda medalla en la Exposición Internacional de Madrid por el cuadro “Lección de piano”; en 1893, primera medalla en la Exposición Universal de Chicago, por un “Retrato de niña”, que fue adquirido para su Museo, y en 1910, primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Fue varias veces jurado de Exposiciones Nacionales, y en 1920 Presidente de la Sección de Pintura.
      En 1884 se le encomendó la ejecución de un cuadro lateral en la capilla del centro izquierdo en la Iglesia de San Francisco el Grande de Madrid. Además de los cuadros nombrados, se citan de este artista entre otros, los siguientes:
 " Otumba” (1887)
“Noche triste” (1890)
“Muerte de Tabaré” (1892
“La merienda del señor cura”
“Un rincón de Galicia”
“De la ría de Marín” (1899)
“La lección del perro” (1900)
“Un amigo”
“Calle de Montemayor” (1906)
“Retrato de la señorita F. R.” (1908)
“Antes de clase” (1910)
“Un jardín” (1912)
“Un paisaje de Asturias” (1915)

      (3) Según la partida de bautismo, nació el lunes 19 de mayo de 1856.

      BIBLIOGRAFÍA:
       -Revista don Lope de Sosa, dirigida por el Cronista de la Provincia, D. Alfredo Cazabán. Enero de 1916.
      - ARJONA: GALERÍA DE PERSONAJES. Antonio Rivas Morales. Granada, 2013.
      -La imagen de portada pertenece al libro "Conocer Arjona". Editor: Ayuntamiento de Arjona. Año de 1999.

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