miércoles, 17 de abril de 2013

La romería de la Virgen de la Cabeza a través de la prensa (III)

    Con ocasión de la celebración del VII Centenario de la aparición de la Virgen de la Cabeza al pastor de Colomera, Juan de Rivas, el semanario ilustrado NUEVO MUNDO publicaba el 16 de septiembre de 1927 la siguiente crónica sobre la romería más antigua del solar hispano, que, dicho sea de paso, acaba de ser declarada Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía. 


EL VII CENTENARIO DE LA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LA CABEZA
Una romería entre lobos en Sierra Morena

    Para celebrar el VII Centenario de la aparición de la Virgen de la Cabeza, Patrona de Andújar, han tenido lugar estos días solemnes fiestas en el propio Santuario de Nuestra Señora, con asistencia del señor obispo de la diócesis de Jaén, autoridades y numerosísimos fieles. Y como quiera que han tenido una gran semejanza con los festejos de todos los años en la Romería del último domingo de Abril, ocupémonos de ellos con esta oportuna ocasión.
    El espectáculo es de lo más maravilloso de cuantos puedan imaginarse. Y es tan tradicional, que ya el propio Cervantes describiólo en esta forma: “el lugar, la peña, la imagen, los milagros, la infinita gente que acude de cerca y de lejos, el solemne día que se celebra, le hacen famoso en el mundo y célebre en España sobre cuantos lugares las más extendidas memorias se acuerdan”. Celébrase la fervorosa y pintoresca fiesta religiosa en el Real Santuario donde se venera á la milagrosa Virgen, levantado en lo más agreste de la Sierra Morena, donde Nuestra Señora se presentó al Pastor de Colomera, Juan de Rivas, en 12 de Agosto de 1227, y fue teatro en mucho tiempo de mil hazañas de bandoleros y en toda época vivienda de lobos.
    Desde el abrupto lugar, que toca con las nubes, domínanse, en inmensa extensión, altísima cordillera de montañas, profundos precipicios y numerosos pueblos que parecen tesoros de la nieve entre los floridos valles ó sobre las escarpadas colinas.
Vista general del Santuario, en Sierra Morena (año 1927)
    Y á la vista y contemplación de tan espléndido panorama, el espíritu del hombre se exalta y conmueve, alabando la grandeza de la obra de Dios y reconociendo la humildad de su propia pequeñez. Centenares de pueblos de la comarca y de otros de Extremadura y Castilla acuden á la romería con sus Hermandades, llevando sus banderas, como trofeos de fe, y sus músicas como ecos de su alegría.
    Todas las Hermandades han de entrar en Andujar, que es el punto en donde deberán reunirse para hacer juntas la ascensión a la montaña del Santuario, por el antiguo puente romano sobre el Guadalquivir y por la Puerta de Madrid, acudiendo á recibirlas la Hermandad de la antigua Iliturgi, sus autoridades y lo más animoso de su mocerío.
    Y no es para contarse la efusión y el jolgorio con que son saludados los forasteros por el pueblo hidalgo, abundando los vivas á la Virgen de la Cabeza, la más guapa y milagrosa.
    En las noches se celebra el Santo Rosario y se redoblan las exaltaciones fervorosas y las escenas de la más profunda emoción.
    En la mañana del día siguiente se organiza la romería, subiéndose al Santuario sobre bestias por caminos de herradura, y ahora también en coches, carros y automóviles por serpenteante y empinada carretera.
    Las muchachas, emperifolladas con sus mejores galas, van en jamugas,  cubriendo los lomos de las sufridas y pacientes bestias con ricos lienzos de damasco y colchas de seda y finos encajes.
    El caminar de los romeros hacia la altura inconmensurable ofrece uno de los espectáculos más animados y pintorescos, abundando las escenas llenas de color y de entusiasmo.
    Cercanas a la cumbre donde se alza el Real Santuario comienzan las  calzadas de piedra cortante, y entre ellas el blanco caserío donde ha de albergarse cada Hermandad.
    Los que cumplen promesas caminan arrodillados hasta el Santuario, dejando trozos de sus carnes en el filo de los peñascos y regueros de sangre viva y caliente. También suben, como en procesión, los amortajados que estuvieron al filo de la muerte, y los tullidos que sanaron por milagro de la Virgen, llevando, para ofrecérselas, sus muletas.
    Y todos rezando, ó cantando salves, ó dando vivas á la Madre celestial.
    Saludada la Virgen y hecha la presentación de las banderas, la gente se repliega hacia los caseríos y hacia las tiendas de campaña que la han de cobijar en la noche. Se hacen arder las hogueras, como ojos siniestros de la sombra, para alumbrarse en la cena y la fiesta, y para ahuyentar á los lobos, que corren despavoridos y amedrentados, llenando de aullidos los aires del dilatado lugar.
    Y durante la noche, todo entre los romeros es baile, y música, y chasquidos de cohetes, y alabanzas á la Virgen, en un sin cesar que concluye con las primeras tintas del amanecer.
    Entonces, ante el altar de la Virgen venerada, el capellán de cada Hermandad dice su misa votiva, oyéndola todos los hermanos con la más acendrada fe y unción.
    Terminadas las misas de Hermandades, se dice la principal con toda ostentación, redoblándose en ella todos los votos. 
    Y se saca á la Virgen en procesión sobre unas andas amplísimas, en las que van también subidos varios sacerdotes, ocupados en ir tocando á la sagrada imagen estadales, medallas y rosarios y algunos niños de los que llegaron amortajados.
Salida de la procesión del Real Santuario (año 1927)
    La procesión recorre las  calzadas, seguida de todas las músicas, entre los gritos y exclamaciones de los romeros y entre los estampidos de las numerosas tracas, que allá tendrán sus ecos en lo profundo de los valles, Y terminada la procesión, otra vez á comer, á beber y á bailar, hasta que se organiza el retorno.
   El Hermano mayor de cada Hermandad da de comer á su costa á todos sus cofrades, llevando corderos y pollos por docenas, y frutas en abundancia incomparable. Sólo á las bodas de Camacho rememoran estos banquetes. Durante el descenso por la enriscada montaña, las peripecias se suceden. Cosa típica en esta fiesta son los pitos de barro, con cuyo tocar los romeros se divierten, y hay quien los compra por fanegas y los tira al trigal para que los muchachos se lancen á cogerlos, con lo que satisface el insano gusto de ver cómo le estropean la sementera al vecino. Ello da lugar á escarceos entre el que tiró los pitos y el perjudicado, dándoseles fin con el buen humor y las chanzas de los demás, que oportunamente intervienen.
    Salvados estos escollos y los que interponen los vasos de más, todo es pura alegría y diversión y exaltaciones fervorosas.
    Y terminada la pintoresca y tradicional romería, comienzan los planes para que la del año siguiente sobrepuje á las que le precedieron.
                                                                                       J. MUÑOZ SAN ROMAN
   Fuente: Texto y fotos tomados del semanario NUEVO MUNDO, edición de 16-9-1927.

  

1 comentario:

  1. Mari crespo moda andaluza os invita a todos los romeros visitar la nueva Coleccion ,en Andujar ,,Polig, Estaccion Ferrocarril cll / la Mina nº 11
    esperamos vuestra visita, y de amigos y compañeros,,VIVA LA MORENITA,,,,

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