miércoles, 17 de agosto de 2011

A propósito de los orígenes de la fundación de la Hermandad de los Santos

    El origen de la fundación de la Hermandad de los Santos Bonoso y Maximiano aparece estrechamente vinculado con la aparición en la tarde del 12 de octubre de 1628 de ‘muchas luces en la torre del Rastrillo’. Las señales maravillosas que se mostraron durante varios días llevaron al Obispo de Jaén, Cardenal Moscoso y Sandoval, a realizar información jurídica de lo acontecido. Al día siguiente se organizó una multitudinaria procesión ‘a la que concurrió toda la villa y el clero’, que acabó en el lugar donde aparecieron aquellas señales luminosas.  
    Al pie de la torre colocaron una cruz y empezaron a cavar ‘el clero, el fraile que antes había ayudado a poner la cruz y las principales personas de la villa’. No encontraron nada ese día pero sí al siguiente, en otra cava realizada a veintidós pasos de la primera, en dirección a la Torre del Reloj.   
    El hallazgo de dos calaveras y algunos huesos fueron atribuidos a los Santos Bonoso y Maximiano, jóvenes  soldados de la milicia martirizados  el 21 de agosto de 308 por orden de Publio Daciano, Prefecto de España.
    Arjona acogió su patronazgo dando comienzo la propagación de un intenso movimiento religioso que se expandió velozmente entre las poblaciones vecinas, irradiando su influencia poco tiempo después por distintos puntos de la geografía andaluza. 
    Reproducimos textualmente la información que así lo testimonia:
    “El conocimiento de haber padecido martirio en Arjona innumerables mártires, hizo que el mismo año 1628 se fundase una hermandad religiosa bajo el título de Hermandad de los Santos Bonoso y Maximiano, siendo su primer mayordomo el licenciado Andrés Navarro Cardera; hermandad que aún perdura y, a ejemplo de Arjona, los pueblos vecinos de Higuera de Arjona (27 de octubre de 1628), Villanueva de Andújar (28 de octubre de 1628), Escañuela (29 de octubre de 1628), Torredonjimeno (28 de diciembre de 1628) e Higuera de Martos (28 de diciembre de 1628) solicitan del vicario de Arjona les señalase sitio para poner cruz y hacer fiesta solemne cada año a los dichos Santos, hacer cofradía y asistir a la procesión, con sus insignias, cada año.
    Al siguiente, 1629, forman cofradía, y piden también lugar para las cruces, Martos (17 de enero), Santiago (25 de enero), Jaén (7 de marzo), Torrecampo (29 de marzo), Porcuna (6 de mayo), Bujalance (9 de mayo), Villardompardo (23 de septiembre), Cazalilla y Antequera (26 de septiembre). En el año 1630 lo hacen las ciudades de Castro del Río, Alozaina, Andújar y Córdoba.
    Trajo Porcuna su cruz, bajo palio, llevando las varas el ayuntamiento, ‘la cruz era dorada. Seguía el clero, con vestiduras de lujo, cuatrocientos cofrades vestidos de negro, con hachones de cera en las manos, y trescientos arcabuceros, que entraron disparando sus armas’.
    La cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza de Montefrío trae otra cruz, florlisada, también bajo palio, el día 29 de septiembre de 1634. Cruz que actualmente se conserva en Santa María, como la de Villardompardo.
    No sólo fueron estas cruces las colocadas. Lo hicieron también los diputados de la villa de Arjona, y las hermandades de ella: del Alcázar, Cabeza, Santiago, Ángeles y Misericordia, San Roque, Santa Lucía, San Nicasio, Nazarenos, San Cristóbal, Socorro, Gracia, Vera-Cruz y Hermanos Terceros. Todas ellas se colocaron desde la torre de los Santos a la del Reloj.
    Y en la plaza de Alcázar, una de los Tercios y otra azul, con las armas del Cardenal”.

    Fuente: ANALES DE LA CIUDAD DE ARJONA. Autor. Santiago de Morales Talero. Madrid, 1965.


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